sábado, 6 de junio de 2009

De monstruos y hadas



A los niños les gustan los monstruos y las hadas.

Ellos se mueven cómodos entre estos extremos porque saben encontrar ternura y sutileza en ogros, dragones , orangutanes y gárgolas. Se acogen confiados a la fuerza inmensa que anima los diminutos cuerpos de las hadas de alas de libélula.

Oto es muy grande, su inmenso cuerpo le demanda alimentarse, podría comerse el mundo de un bocado.
Es un hambriento de calor y de afecto.
Confiado en su inocente desmesura, sale a pasear con zapatos amarillos.
Hace ruido Oto.
Hace sonar al mundo y suena-sueña con el mundo desde el amarillo de los zapatos hasta los hirsutos cabellos que coronan su cabeza de monstruo tierno.

Siada es un hada muy pequeña, pero sabe escuchar como toda una gigante, sabe atender y sabe curar. Siada vuela y su magia está al tanto de los últimos avances tecnológicos.

A la enorme bocaza de Oto, que amenaza acabar con su paciencia, opone Siada un pañuelo de estrellas.
A la cirugía necesaria para curar la tremenda indigestión del monstruo el hada provee tijeras de tela de araña.
El monstruo curado y amado duerme como un monstruo feliz, cobijado en sueños confortantes que se convertirán en el amanecer de la confianza.

Los dos, el monstruo y el hada, Oto y Siada, se suscitan y se necesitan en este libro de Asunción Carracedo, ilustrado con fidelidad y frescura por Salvador Silva.
La dirección editorial es de Francisco Fuertes y ha sido publicado en España por NC Comunicación (2008).

El Duende No en el trabajo de investigación de Ana Pedrosa y Camila Echeveste

Un amigo de papel

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